viernes, 6 de agosto de 2010

Érase una vez...


El 5 de Agosto de 1910 nacía en Ensenada Herminio Masantonio. Ayer fue el centenario de su nacimiento, y hoy me siento raro. Raro de extrañar a alguien que se fue a los tempranos 46 años, cuando mi viejo tenía 14. Se puede extrañar, cuando se va, a lo que no se conoció en persona, como tantos ídolos populares han demostrado. Pero, ¿es posible con alguien que no fue contemporáneo de uno? ¿Que no se disfrutó ni se vio ni desde la distancia que marca una tribuna al campo de juego, ni siquiera aun desde la televisión, solo a través de fotos, historias, revistas, anécdotas y leyendas?

Para mi sí. Y no cuento con demasiada explicación: siento que lo extraño, porque íntimamente se que si él estuviera, todo estaría mejor en mi Quemero mundo. Me sentiría protegido. El Masa resume en su figura todo lo que me enorgullece de ser de Huracán. La camiseta, el escudo, el Palacio Ducó, el barrio, el arrabal, Manzi, el Ringo Bonavena y, por encima de todo ello, ahi está Él, como el guardián que custodia todo lo sacro que representan dichos nombres y estandartes.
Es nuestro San Martín, es nuestro Guevara, es nuestro Batman. El que rechazó una abundante oferta de la Juventus de Italia para quedarse en Parque Patricios. El que cuentan aquellos que compartieron la cancha y el vestuario con él que, fiel a su fama de guapo de barrio, cazaba de la nuca a los rivales que les propinaban brutales patadas a los juveniles que debutaban en la primera, para ponerse cara a cara y decirles directo a los ojos: "A los pibes, no. Vení y pegame a mí, si te animás."

Llegó de jovencito de la mano de Tomás Adolfo Ducó, y la historia de Huracán jamás volvió a ser la misma: le puso una corona. Como centrodelantero y durante 12 años defendiendo la camiseta del Globo, marcó 254 goles en 349 partidos, posicionándolo como el máximo goleador Quemero y como el tercer máximo goleador del fútbol argentino, detrás de Arsenio Erico (293) y Ángel Labruna (292).

En la Selección Nacional, se consagró campeón en los campeonatos sudamericanos de 1937 y 1941, y goleador en los de 1935 y 1942. Masantonio cuenta con el mejor promedio de gol con la celeste y blanca: 1,10, producto de 21 goles en 19 partidos.

Otro hito Quemero se forjó con El Masa dentro del campo: en 1939, uno de los 7 torneos en los que Huracán fue subcampeón, el equipo logró despachar por única vez en su historia a los 5 grandes en una rueda: 2-1 a River en Núñez, 3-1 a Boca en la Bombonera, 3-0 a Racing en Avellaneda, y 3-2 a Independiente y San Lorenzo en el Ducó.

La justicia del destino le sonrió a su grandeza: fue Hermino Masantonio el primer jugador de fútbol en poseer una calle con su nombre, una en Parque Patricios y otra en Ensenada. Y cuenta con un monumento frente a la sede, un sector en la platea, en esa donde su temperamento lo ha mandado tantas veces a ver los partidos de afuera, por plantársele a la dirigencia y a algún que otro técnico, y le han compuesto dos tangos: "El mortero del Globito" y "El Pampero de Patricios".

Te quiero, Masa. Y eso es todo lo que tengo que decir al respecto.


2 comentarios:

  1. Muy buen post, Pichi. Con vergüenza, así como sucedió anteriormente con El Padrino, confieso que no sabía de la figura heroica del Masa. Por otra parte, actualización, plis! (?)

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  2. Un saludo bien quemero...te sigo...

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