martes, 20 de julio de 2010

Cráneo candente

Me hallaba en un pequeño, íntimo y oscuro bar de Tilcara con quienes compartí mi viaje al norte: Mel, Pitu, Renata, Rulo y Solcito. Habíamos ido allí varias veces, cuando necesitábamos oir un poco de rock nacional. El dueño era un tipo macanudo de Buenos Aires, Munro, pero hacía varios años se había asentado ahí, porque halló su lugar en el mundo.
Esa noche nos acompañaba un chabón de Capital, barrio de Chacarita, que estaba laburando en el camping donde parábamos. Cayó a Tilcara porque en su barrio se la tenían jurada. Un flaco copado, de cara felina y rastas rubias, que no recuerdo su nombre y que nos acompañó un par de veces en salidas y cenas, hasta que partimos a otro pueblo.
Bebíamos y charlábamos tranquilamente. Disfrutábamos la intimidad del barcito, ya que no había casi nadie, solo un par de lugareños en una mesita más alejada y otro, pegada a la nuestra, que estaba bastante borracho. Era muy parecido a Rubén Patagonia, y tenía un sombrero de duende. Nos miraba y sonreía.
No se en que momento sucedió, ni porqué, ya que estaba charlando con mis amigos, pero noté de repente que el lugareño y nuestro compañero de turno hicieron rancho aparte y discutían, cada uno desde su mesa. Sin ser demasiado entrometido, comencé a prestarle atención al motivo de su cruce. Me sorprendí gratamente cuando oi hablar al ebrio, citaba a Marx y a las revoluciones. Siempre es grato apreciar que a diferencia de muchos, algunos portan un pedo digno, lúcido y coherente.
En un momento, dijeron así:

-...porque los del interior se quejan del porteño, pero cuando van allá nadie los jode, son bien recibidos, porque al final somos todos argentinos y...

-¿Sos argentino? problema tuyo. Yo soy aymará.

-Lo que sea, el punto es que se la pasan hablando de nosotros y los que más dicriminan son los del interior.

-¿Discriminar?

Se quedó en silencio por un segundo. Luego lo miró a los ojos con firmeza y tristeza. Finalmente, dijo:

-Quinientos años de dominación.

La discusión terminó ahi.

1 comentario:

  1. Claaaa. No se si te acordás de una del Granjero de Jesú que la hija adoptiva le dice: "que guachos ellos vinieron y se llevaron todas nuestras riquezas" Y el le contesta: "nosotros somos ellos..." Y tambien, silencio y a otra cosa.

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