Blando sueño de la infancia
que hoy chistaste a mis espaldas
tu carita me es lejana
pero siempre familiar,
yo que te abandoné lejos,
como un santo a un mal deseo,
hoy volvés como un espejo
que refleja años atrás.
Sin rencor pero angustiado
me mirás como a un extraño
la pupila se te agranda
y entre el brillo me mandás:
"qué tirado me has dejado,
mirá que flaquito estoy...
que fue de aquellos anhelos
que arropé en tu corazón...?"
Yo te abrazo y te acaricio
y te siento las costillas,
qué poquito que has manyao'!
pesa más una colilla...
huelo en tu hombro ese perfume
de mi antigua habitación,
y el aroma de la almohada
donde forjé esa ilusión
que hoy me chista y me reclama
lo que fui, y ya no soy.
Que si te postergué, fue por un amor
si te postergué fue por un ardor
por un vicio, y un suplicio
por fantasear otro destino
renegando de tu abrigo
y también, por cabezón.
Ya amanece, cierra un bar
vení que te quiero invitar
marcho una copa, prendo un pucho
vos meta chocolate y churros...
tu inocencia me condena
y avergüenza mi pesar.
Queda tanto por hablar
pero se nos cierra el bar,
y es ahí cuando de nuevo
oigo lejano al churrero
que con su canasto lleno
nos invita a irlo a buscar...
Viejo amigo, sueño mío,
no culpemos al olvido
que si te postergué, fue por un amor
si te postergué fue por un ardor,
por un vicio, y un suplicio
por fantasear otro destino
renegando de tu abrigo
y también, por cabezón.
*Dedicado a mis viejos, y a aquellos churreros de la costa Atlántica, estén donde estén, que aportaron su granito para hacer de mis vacaciones de niño un lugar más sabroso.
martes, 14 de septiembre de 2010
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